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Revista chilena de obstetricia y ginecología

versión On-line ISSN 0717-7526

Rev. chil. obstet. ginecol. vol.81 no.3 Santiago jun. 2016

http://dx.doi.org/10.4067/S0717-75262016000300002 

 

Trabajos Originales

 

Prevalencia y factores de riesgo de la disfunción sexual femenina: revisión sistemática

 

Andrea Del Pilar Muñoz D.1,a, Paul Anthony Camacho L.2,1,a

 

1 Estudiante de Pregrado, Programa de Medicina, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Autónoma de Bucaramanga.
2 Médico MSc, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Autónoma de Bucaramanga.
Grupo Investigación FOSCAL, Fundación Oftalmológica de Santander. Floridablanca, Santander, Colombia.


RESUMEN

Antecedentes: La disfunción sexual femenina (DSF) se define como un trastorno en el deseo, excitación, orgasmo y/o dolor durante la relación sexual, que genera estrés personal y tiene impacto en la calidad de vida. Objetivo: Analizar datos epidemiológicos sobre prevalencia y factores de riesgo de DSF que permita disponer de un conocimiento unificado sobre estos. Métodos: Se revisaron bases de datos: PubMed y LILACS, entre el 01/01/2004 al 12/10/2014. Se incluyeron estudios de corte transversal que garantizaran los datos de prevalencia y de frecuencia de factores de riesgo. Se evaluó la calidad metodológica utilizando los criterios del STROBE (Strengthening the Reporting of Observational Studies in Epidemiology); se publicaron los resultados en tablas, reportando prevalencia y factores de riesgo con sus respectivos OR. Resultados: Se incluyeron quince artículos, todos cumplieron con más del 70% de los ítems evaluados por el STROBE. La prevalencia de DSF se encontró entre 5,5 - 73,2%. El dominio más afectado fue el deseo, con prevalencias entre 10,4% - 52%. Al combinar los datos las variables asociadas a la presencia de DSF fueron: baja frecuencia de relaciones, edad >40 años, bajo nivel educativo, posmenopausia, pareja con disfunción eréctil, entre otros. Conclusión: La DSF posee una alta prevalencia a nivel mundial; la presencia de los múltiples factores de riesgo que presentan las mujeres son motivo de estudio exhaustivo. Un mejor entendimiento de la epidemiologia es vital para planear estrategias de prevención y esquemas de tratamientos efectivos.

PALABRAS CLAVES: Disfunción sexual femenina.


SUMMARY

Background: Female sexual dysfunction (FSD) is defined as a disorder in desire, arousal, orgasm and / or pain during intercourse, which generates personal stress and impacts the quality of life. Aims: The objective of this review is to analyze epidemiological data on prevalence and risk factors of FSD to provide a unified knowledge. Method: Databases such as PubMed and LILACS were reviewed, from January first of 2004 to October twelve of 2014; cross-sectional studies that ensured information about prevalence and frequen-cy of risk factors were included. Methodological quality was assessed using the criteria of the STROBE (Strengthening the Reporting of Observational Studies in Epidemiology); the results were published in ta-bles, reporting prevalence and risk factors with their respective OR. Results: Fifteen items were included, all met over 70% of the items evaluated by the STROBE. The prevalence of FSD was found between 5.5 to 73.2%. The most affected domain was the desire with a prevalence between 10.4% - 52%. The variables associated with the presence of FSD were: low frequency of intercourse, age> 40 years, low education level, menopause, couples with erectile dysfunction (ED), among others. Conclusion: The FSD has a high prevalence worldwide; the múltiple risk factors presented by women require further study, because a better understanding of the epidemiology is vital for planning prevention strategies and effective treatment regimens.

KEY WORDS: Female sexual dysfunction.


 

 

INTRODUCCIÓN

La sexualidad es un concepto complejo, consistente en la unión de componentes orgánicos, hormonales y culturales (1) controlados por sistemas intrínsecos del cuerpo humano como el vascular, endocrino y neurológico (2). Los estudios sobre la sexualidad humana se han centrado en su mayoría en la sexualidad masculina y pocos en la femenina, por esta razón el conocimiento sobre la sexualidad femenina se hace necesario, ya que diversos estudios han demostrado que una alteración en el ámbito sexual en las mujeres genera un impacto negativo en su calidad de vida, salud mental y física (3,4).

La disfunción sexual femenina (DSF) se define como un trastorno en el deseo, excitación, orgasmo y/o dolor durante la relación sexual, que genera estrés personal y tiene impacto en la calidad de vida y las relaciones interpersonales (5). Su etiología es multifactorial, debido a sus diversos componentes. Es importante recopilar información sobre la sexualidad femenina, la cual será clave para el diseño de intervenciones en salud sexual (6).

La prevalencia de DSF descrita oscila entre 38%-64% (2,7); dentro de los factores asociados DSF están la edad y la menopausia; las mujeres postmenopáusicas reportan una frecuencia alta de disfunciones sexuales, aun mayor que la de los hombres de la misma edad (8). Al comparar mujeres de 30 años con mujeres de 60 años, aumenta significativamente la prevalencia de síntomas de trastorno orgásmico (15,2% a 32,2%), deseo sexual (27,7% a 57,9%), trastorno de excitación (29,7% a 57,9%) y lubricación (12,5% a 51,2%). Otros factores de riesgo encontrados en la literatura son fumar, estado marital, nivel de educación, religión, trabajo, raza, enfermedad preexistente y depresión (2,7).

El propósito de esta revisión fue analizar datos epidemiológicos sobre prevalencia y factores de riesgo de DSF que permita disponer de un conocimiento unificado sobre estos.

MATERIALES Y MÉTODOS

Estrategia de búsqueda: Se realizó una revisión bibliográfica en PUBMED y LILACS entre el 1 enero 2004 al 12 de octubre de 2014, para identificar posibles estudios relacionados sobre prevalencia y la presencia de factores asociados de DSF. La búsqueda se hizo combinando términos MeSH (Medical Subject Heading) y texto libre como: "survey", "cross-sectional", "Cross sectional", "transversal", "sexual dysfunction", "risk factors", "prevalence", combinados con términos booleanos. También se realizó búsqueda de fuentes secundarias de los artículos identificados en la búsqueda primaria. Los dos autores independientemente revisaron todos los resúmenes de las citaciones identificadas por la estrategia de búsqueda.

Criterios de elegibilidad: Se incluyeron estudios de corte transversal que garantizaran la disponibilidad de datos de prevalencia y la frecuencia de factores de riesgo de disfunción sexual femenina que hubieran sido publicados entre 01/01/2004 y 12/10/2014. Los estudios excluidos fueron todos aquellos en donde la población a estudio era mujeres en estado de gestación, con enfermedades crónicas, hospitalizadas, con consumo crónico de medicamentos e infértiles.

Selección de los estudios y extracción de datos: Los dos autores independientemente aplicaron los criterios de elegibilidad para evaluar las referencias de los artículos obtenidos por la estrategia de búsqueda propuesta, revisando el título y el resumen. Posteriormente, se obtuvieron los artículos a texto completo de todos los artículos que al menos uno de los autores considero potencialmente elegibles. Estos artículos seleccionados fueron analizados por los mismos autores, decidiendo la inclusión de estos en la revisión. Los mismos autores realizaron la extracción de datos de interés y evaluaron la calidad metodológica de los estudios incluidos. Los desacuerdos fueron discutidos y resueltos por consenso.

Calidad metodológica: Se evaluó la calidad metodológica utilizando los criterios del STRO-BE (Strengthening the Reporting of Observational studies in Epidemiology) (9), el cual consta de 22 ítems a evaluar en cada uno de los artículos seleccionados. Se elaboró una lista de chequeo para evaluar el cumplimiento de los ítems, calculando el porcentaje de ítems cumplidos para cada artículo. Se dividió el nivel de evidencia en tres: A para artículos que cumplieran más del 80% de los ítems de la lista, B artículos que cumplieran entre 70% y 80% de los ítems de la lista, C artículos que cumplieran <70%.

RESULTADOS

Selección de estudios: La búsqueda bibliográfica en PUBMED y LILACS proporcionó un total de 20 artículos que cumplían con los criterios de selección definidos en la estrategia de búsqueda. Tras completar la primera evaluación de títulos y resúmenes se excluyeron 3 artículos por ser estudios realizados en mujeres con enfermedad crónica, 1 por ser en mujeres infértiles, 1 por evaluar conocimiento sobre sexualidad. Los 15 artículos restantes se obtuvieron a texto completo para proceder con la evaluación secundaria, los cuales demostraron cumplir con los requerimientos de la revisión y fueron incluidos en el análisis (Figura 1). La prevalencia de disfunción sexual femenina se encontró entre 5,5 - 73,2% (Tabla I).


Figura 1. Proceso de selección de los artículos incluidos en el estudio.

 


Tabla I
SUMARIO DE LOS ARTÍCULOS INCLUIDOS EN LA REVISIÓN


 

 

 

Características de los estudios: Todos los artículos incluidos correspondían a estudios obser-vacionales, descriptivo de corte transversal tipo encuesta. La búsqueda se inició desde 2004 hasta 2014, los 15 artículos fueron publicados a partir de 2007. El rango de edad de las participantes de los estudios se encontró entre 15 y 70 años. Seis estudios fueron realizados en mujeres casadas y un estudio en mujeres que trabajaban en el área de la salud, siendo este grupo donde se encuentra la prevalencia más baja de disfunción sexual. En 8 artículos se evaluó la prevalencia de disfunción sexual con el Índice de Función Sexual Femenina (FSFI) (10), 4 con la versión validada para su país y 4 con la versión estándar; 14 artículos definían el criterio por el cual consideraban disfunción sexual y solo el de Hayes 2008 no presenta esta información (11) (Tabla I).

Calidad metodológica: Al aplicar el STROBE a los 15 artículos incluidos en la revisión, 11 cumplieron con más del 80% de los ítems evaluados, por lo cual se le otorgó una valoración de calidad A; de estos 11 artículos, 2 cumplieron con más del 90% de los ítems evaluados. Cuatro de los artículos incluidos cumplieron entre el 70% y el 80% de los ítems del STROBE por lo cual se les otorgó valoración de calidad B (Tabla II).


Tabla II
DESCRIPCIÓN Y CRITERIOS DE CALIDAD DE LOS ESTUDIOS INCLUIDOS EN LA REVISIÓN

 

Prevalencia de tipos de disfunción sexual: 8 artículos evaluaron los 6 dominios completos de la función sexual en sus respectivos estudios, de los cuales 7 utilizaron el FSFI (10), y uno el de Gos-htasebi 2009 (13) que utilizó un cuestionario auto administrado. Choi en 2014 utilizo la versión coreana de FSFI; sin embargo, no se puede extraer del artículo la prevalencia de disfunción en el dominio de excitación. En el artículo de Hayes en 2008 (11), las prevalencias se presentan en tablas divididas por grupos de edad, por lo anterior se toma el rango de presentación de estas prevalencias (Tabla III).

La prevalencia de disfunción sexual por dominio se distribuyó: deseo 10,4% - 52%, excitación 3,5% - 91,3%, lubricación 2,5% - 96,6%, orgasmo 2% - 82,6%, dolor 3% - 64,4%, satisfacción 3,5% -81,2%. En el estudio de Grewal (14), se encontró las prevalencias más bajas en todos los dominios excepto en el dominio de deseo; las prevalencias más altas de todos los dominios se presentan en el estudio de Singh (15) (Tabla II), estos dos estudios aportan la prevalencia más baja y más alta, respectivamente, de disfunción sexual femenina general (Tabla I).

El dominio que presento mayor prevalencia de disfunción entre los estudios fue el de deseo, seguido del dominio de orgasmo (Tabla III).


Tabla III
PREVALENCIA DE ALTERACIÓN DE LOS DOMINIOS DE LA FUNCIÓN SEXUAL FEMENINA


*Rango de presentación del tipo de disfunción, dividido en artículo por grupo de edad. NR: No reportado

Factores de riesgo de disfunción sexual: En los estudios incluidos en esta revisión, cada uno evaluó diferentes factores de riesgo, los más frecuentes fueron: la baja frecuencia de relaciones sexuales, este demostró ser un factor de riesgo significativo en varios de los estudios incluidos (16,17); con un OR 10,67 (IC95% 3,58-31,74) (Tabla IV) en el estudio de Ishak y cols (18); pero en el estudio de Grewal y cols (14), no se encontró asociación entre éste y la presencia de disfunción sexual femenina OR 6,74 (IC95% 0,66-68,54).


Tabla IV
FACTORES DE RIESGO RELACIONADOS SIGNIFICATIVAMENTE CON DISFUNCIÓN SEXUAL FEMENINA


*Disfunción eréctil, 1una botella por semana

 

 

La presencia de enfermedad médica de base (6, 11,18), la presencia de bajo nivel educativo (6), tener solo educación primaria (16) y secundaria (13,15), demostraron ser un factor de riesgo significativo para presentar DS, mientras que ésta no se encontró asociación con las personas que habían recibido algún tipo de educación adicional (11) (Tabla V).

Tener mayor edad representa un factor de riesgo para presentar una DS, la mayoría de estudios que toman como corte para la edad 40 años, mostraron la existencia de asociación significativa entre tener mayor edad y presentar una DS (1,16,18,19,20), exceptuando el estudio de Hayes y cols (11) en el cual esta variable no es significativa oR 0,4 (0,1-1,9) (Tabla IV). En el estudio de Song y cols (17), se observó que tener entre 20-29 años representa un factor de riesgo de presentar una disfunción sexual (OR 3,49; IC95% 1,48-8,41).

Tener un mayor número de partos no demostró ser una variable significativa en todos los estudios que se evaluó; sin embargo, Elnashar y cols (21), encontraron que presentar más de 5 partos representa un factor protector (OR 0,26; IC95% 0,160,43) para presentar una DS (Tabla III).

Tener un matrimonio >10 años se asocia a la presentación de DS como se encontró en los estudio de Jaafarpour y cols (16) (OR 1,76; IC95% 1,04-1,97) y de Ibrahim y cols (19) (OR 2,0; IC95% 1,2-4,3), pero con un matrimonio >20 años no se encontró diferencias como lo expresa Grewal y cols (14) (OR 2,49; IC95% 0,43-14,32) (Tabla V).


Tabla V
TASAS AJUSTADAS DE LOS FACTORES DE RIESGO DE DISFUNCIÓN SEXUAL FEMENINA

 

 

Estar desempleada o ser ama de casa se asoció a la presencia de DS según el estudio realizado por Jaafarpour y cols OR 1.34 (IC 95%1.06-1.63), pero según Ghanbarzadeh y cols (23) y Zhang y cols (22), esta variable no es significativa. En el estudio realizado por Choi y cols (1), la presencia de una actitud negativa por parte de la mujer hacia el sexo, no constituye una variable significativa para presentar una dS (OR 1,26; IC95% 0,780-2,062), en caso contrario, Song y cols (17) identificaron que el factor de riesgo más fuerte para el desarrollo de una DS es la actitud negativa de la mujer hacia el sexo (OR 19,06; IC95% 5,67-64,06).

La menopausia demostró ser un factor de riesgo en todos los estudios en los cuales se evaluó esta variable (18,19,20), excepto en el de Hayes y cols (11) (OR 0,9; IC95% 0,1-5,6). Se encontró en dos de los estudios de la revisión (13,20), que el uso de terapia de reemplazo hormonal constituye un factor protector para la presencia de DSF, pero Hayes y cols (11) no observó una asociación significativa (OR 3.4; IC95% 0,5-20,7) (Tabla V).

En relación con la pareja se encontró que una mala comunicación o estar insatisfecha con el matrimonio, constituyen un factor de riesgo para desarrollar DSF (1,16,19), mientras que presentar una buena comunicación con la pareja es un factor protector (OR 0,2; IC95% 0,05-0,5) (11). La presencia de disfunción eréctil en la pareja según Grewal y cols (14) se constituye como unas de las variables más significativas de la revisión (OR 27,36; IC95% 4,71-159,08), encontrándose también como significativa para la presencia de DSF en otros artículos en los cuales se evaluó (14,19,20,22).

DISCUSIÓN

Los resultados de nuestro estudio muestran que la prevalencia de disfunción sexual femenina es de 5,5 a 73,2%. Los factores de riesgo asociados significativamente a este problema fueron: baja frecuencia de relaciones sexuales, presencia de enfermedad médica de base, bajo nivel educativo, edad >40 años, matrimonio >10 años, desempleo o ser ama de casa, menopausia, mala comunicación con la pareja, presentar una pareja con disfunción eréctil. El rango de prevalencia encontrado en nuestro estudio acoge las prevalencias encontradas en la literatura donde se pueden encontrar prevalencias tan bajas y otras tan altas dependiendo del país donde se realizó el estudio, ya que ésta al igual que los factores de riesgo se ven influenciados por aspectos culturales de cada región. Ibrahim y cols (19) observaron que el 43% de las mujeres americanas menores de 59 años y el 52,8% de las mujeres egipcias presentan un tipo de disfunción sexual según el FSFI (19). En Asia, la incidencia de DSF es de 37,1% en mujeres jóvenes y de edad media casadas (22). En mujeres coreanas <40 años, se realizó una encuesta realizada en internet encontrándose que la prevalencia de disfunción sexual era de 43,1% (24). En general, se observa una gran variabilidad en la prevalencia de disfunción sexual entre 5,5-73,2%

El estudio de Grewal y cols (14) mostró la prevalencia más baja en toda la revisión, este autor desarrolló un estudio en mujeres que trabajaban en el área de la salud, lo que puede llevar a plantear varias hipótesis. Una de las posibles es que estas mujeres pudieron tener acceso a mayor información sobre la sexualidad, lo que las llevaría a tener una sexualidad plena y presentar una menor prevalencia; otra hipótesis es la baja frecuencia de relaciones sexuales no asociada con la DSF (OR 6,74; IC95% 0,66-68,54), lo cual puede influir en la disminución de la necesidad de tener relaciones sexuales, subestimando la prevalencia de disfunción sexual(14,25).

La mayor prevalencia de DSF, se presentó en mujeres hindúes, debido posiblemente a la cultura y a la imposibilidad que tiene la mujer para tener acceso a una evaluación acerca de su sexualidad (15). Infortunadamente, el cuestionario FSFI no fue validado en esta población, lo que podría llevar a un posible sesgo de información de los resultados obtenidos.

El deseo fue el dominio con mayor prevalencia de disfunción, seguido del orgasmo. Este hallazgo es congruente con lo observado en la literatura. En diferentes estudios se recalca que los dominios más afectados en la sexualidad femenina son los dos mencionados anteriormente (24,26,27). En el estudio de Grewal y cols (14), se encontró que las prevalencias más bajas en todos los dominios, excepto en el de deseo, la cual se encuentra en los demás estudios. Además, la asociación del bajo nivel educativo, la menor frecuencia de relaciones sexuales, la menopausia, una enfermedad de base, el estar deprimida y el consumo de alcohol con la presencia de algún tipo de disfunción sexual resultaron ser significativos, en concordancia con lo encontrado en la literatura. Es de resaltar que en 5 de los 9 artículos se observó un influencia de la edad y la presencia de DSF (28,29).

Zhang y cols (22), evaluaron el efecto de la religión, pero no se encontró relación entre ser religiosa y presentar una disfunción sexual en esta población, lo mismo sucedió en el estudio de Ronsen y cols (30). Por el contrario, Stulhofer y cols (27), observaron que en mujeres croatas, la moralidad religiosa se asoció con la presencia de inhibición del deseo. Tener una pareja con disfunción sexual se evaluó en 3 de los 15 artículos revisados, encontrándose una asociación positiva significativa, siendo mayor el riesgo en el estudio de Grewal y cols (31).

La homosexualidad se encontró asociada positivamente a desarrollar algún tipo de disfunción sexual, como lo demuestra Song y cols (17). Sin embargo, en la revisión no se encontró estudios que evaluaran esta situación, por lo cual es necesario, la investigación y el análisis de disfunción sexual femenina en mujeres homosexuales.

Por otro lado, también se encontraron factores protectores frente a la disfunción sexual femenina como el uso de terapia hormonal, la actitud libre sobre el sexo, el tener una pareja fiel y la buena comunicación con la pareja (Tabla IV), lo que con-cuerdan con lo descrito en la literatura (7,27).

Esta revisión posee las limitaciones que se pueden presentar en este tipo de artículos, que incluye la posibilidad de sesgo de publicación que se intentó reducir realizando una búsqueda exhaustiva y escogiendo los artículos que cumplieran con los criterios de inclusión y proporcionaran la información que permitieran su análisis. Esta búsqueda incluyó dos bases de datos principales, una en inglés y otra en español. Además, agregamos a la búsqueda electrónica una búsqueda en las referencias. La selección de estudios fue reproducible así como la asignación de criterios de calidad metodológica. La segunda limitación es que la revisión sistemática no cuantifica el impacto de los factores de riesgo unificados en la prevalencia de DSF, debido a la heterogeneidad de los factores evaluadas en cada artículo y a los modelos multivariados aplicados para dar respuesta a los objetivos de éstos. Los resultados del presente estudio permitirán orientar las intervenciones para reducir los factores de riesgo de las mujeres de desarrollar una disfunción sexual, dado que constituye la línea de base para la implementación de estrategias de intervención en el ámbito psicosocial.

CONCLUSIÓN

La disfunción sexual femenina posee una prevalencia muy alta entre la población femenina mundial. Existen factores individuales, culturales y sociales que influyen en la presencia de la DSF, su mejor entendimiento es vital para planificar estrategias innovadoras de los diferentes niveles de prevención, que reduzcan la progresión de la disfunción sexual y el impacto en la calidad de vida de las mujeres con esta condición. Es necesario el fortalecimiento de procesos investigativos en el área de disfunción sexual en Latinoamérica, que contribuya con una construcción de una política pública frente a la sexualidad femenina, que impactará en los determinantes sociales inductores para una equidad de género frente al abordaje de este tipo de enfermedades.

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